Cuando pensamos en maridajes de vino, lo clásico es asociar tintos con carnes y blancos con pescados. Pero el mundo del vino es mucho más amplio y sorprendente. En BACO te proponemos combinaciones inesperadas que desafían las reglas tradicionales y pueden elevar tu experiencia gastronómica al siguiente nivel.

Vino Espumoso con Comida Frita

El contraste entre la frescura de un buen espumoso y la untuosidad de la comida frita es simplemente espectacular. La acidez y las burbujas ayudan a limpiar el paladar, equilibrando la grasa de platos como pollo frito, croquetas o tempura. Prueba un Cava Brut o un Champagne Blanc de Blancs con unas patatas bravas y descubrirás una armonía sorprendente.

💡Extra Tip ¿Te pierdes con las clasificaciones de los espumosos? En Instagram tenemos un vídeo donde lo explicamos todo.

Vino Tinto con Chocolate Negro

Aunque muchas veces se piensa que el vino dulce es la mejor opción para el chocolate, un tinto con buen cuerpo y taninos redondeados puede ser el compañero ideal. Un Malbec o un Syrah realzan los sabores intensos del cacao y crean una combinación deliciosa. Busca chocolates con más del 70% de cacao para un equilibrio perfecto.

Vino Blanco con Comida Picante 🌶️

Los platos especiados, como la comida tailandesa o mexicana, se benefician de la frescura y el dulzor de ciertos vinos blancos. Un Riesling o un Gewürztraminer con un curry picante o unos tacos al pastor resaltarán los sabores sin que el picante domine el paladar.

Vino Dulce con Quesos Azules

Si nunca has probado un Sauternes con queso azul, te estás perdiendo una de las combinaciones más deliciosas del mundo del vino. El dulzor y la untuosidad del vino contrarrestan el potente sabor salado y picante del queso, creando un contraste sublime.

Los vinos de Sauternes provienen de la región de Burdeos y se elaboran con uvas afectadas por la "podredumbre noble" (Botrytis cinerea), un hongo que concentra los azúcares y aporta notas de miel, albaricoque y frutos secos. Su equilibrio entre dulzor y acidez los hace perfectos para acompañar quesos potentes como el Roquefort o el Gorgonzola, creando una experiencia gustativa única.

Rosado con Comida Asiática

Los vinos rosados, especialmente los secos y afrutados, son una gran opción para platos asiáticos como sushi o comida china agridulce. Su versatilidad permite equilibrar sabores dulces, salados y umami sin perder frescura.

Si bien muchos asocian el vino rosado con el verano y lo consideran una opción ligera, la realidad es que algunos rosados, como los elaborados con Garnacha o Syrah, tienen suficiente estructura y carácter para acompañar platos con múltiples capas de sabor. Un rosado seco con buena acidez puede potenciar los sabores especiados del jengibre, el sésamo o la soja, mientras que su carácter afrutado equilibra la intensidad de salsas como la teriyaki o la hoisin.

Para los amantes del sushi, un rosado con notas cítricas y minerales armoniza perfectamente con pescados crudos, realzando su frescura sin opacar su delicado sabor.

El maridaje perfecto no siempre sigue reglas estrictas. Atreverse a experimentar con nuevas combinaciones puede llevarte a descubrir sabores inesperados y experiencias gastronómicas únicas. ¿Te animas a probar alguna de estas combinaciones?

 

Juan José Muñoz Espinosa